La indiferencia, una forma de no enfrentar nuestras emociones.

Esta semana que me puse a investigar sobre la indiferencia, me di cuenta que hay dos aspectos de ella; la primera, es cuando nosotras somos indiferentes, y la segunda es cuando alguien nos es indiferente o nos ignora.

Cuando somos indiferentes, por lo general lo hacemos como escudo de protección, porque no queremos seguir involucrándonos en una situación o con una persona, y el otro lado es cuando son indiferentes con nosotros y por lo general, eso nos duele a nivel emocional.

Así que primero, voy a hablar en el blog sobre nosotras cuando somos indiferentes y para el video, reservaré la situación contraria, cuando son indiferentes con nosotras o con nuestra causa.

 

¿Qué es la indiferencia?

Cuando somos indiferentes estamos en un estado en que ni rechazamos, ni somos atraídas por una persona o por una situación. Según la definición, es un estado neutro, sin embargo, cuando somos indiferentes, somos vistas como una persona fría ante los ojos de los demás.

Es un estado en donde nada nos importa, es decir que si estamos frente a alguna situación o persona, podemos ignorarla fácilmente, pues, no sonreímos, ni somos cordiales, incluso, cambiamos de tema lo más rápido posible para no tener que lidiar con eso.

La indiferencia es justamente eso, cerrar nuestro campo emocional para no tener que alegrarnos, compadecernos o tener que expresar alguna emoción al respecto de alguien o algo. Es no querer involucrarnos y poner una barrera de protección.

 

¿Por qué somos indiferentes frente a situaciones?

Somos indiferentes porque tenemos, rabia, miedo o tristeza y no queremos permitir que esas emociones tomen control de nosotras.

Por ejemplo, estás viendo un documental sobre cómo los niños en África no tienen agua y mueren, y sabes que no vas a hacer nada al respecto para cambiar la situación, entonces adoptas una posición de indiferencia. Es probable que apagues el televisor y te pongas a hacer otra cosa, pues no quieres involucrar tus emociones en el asunto, porque inconscientemente sabes que si lo haces vas a terminar de voluntaria allá.

Como estas situaciones, tenemos muchas en nuestro día a día. Somos indiferentes al indigente de la calle, a la contaminación, a la situación de los animales en el planeta etc… Hay tantas cosas terribles sucediendo en el mundo hoy en día, que no queremos abrirles la puerta para no tener que lidiar con esas emociones constantemente, porque ya tenemosdemasiados asuntos  que resolver en nuestras ocupadas vidas.

Como yo tengo derecho a elegir involucrarme en ciertas causas, los demás también, por eso, si quiero que respeten mi indiferencia, tengo que respetar la de otros. Es decir, si mi causa es el maltrato animal, no todo el mundo va a resonar con ella y debo permitir que sean indiferentes, e ir a buscar otras personas que estén dispuestos a abrirse frente a ese tipo de situaciones.

 

¿Por qué somos indiferentes frente a las personas?

La interacción entre seres humanos se hace a nivel emocional, pues, nos apoyamos los unos a otros cuando contamos nuestras historias y nos expresamos emocionalmente frente al otro.

Sin embargo, hay personas que son muy víctimas, dramáticas, escandalosas o que simplemente exigen de nosotras demasiada atención y no queremos dársela, entonces somos indiferentes con ellas y las ignoramos para bloquear ese flujo de intención emocional.

Eso sucede muchísimo después de una relación amorosa, el problema es que entre más indiferentes seamos con una persona, más va a querer llamar nuestra atención, y por eso ex novios terminan escribiéndonos por WhatsApp miles de veces. O a nivel familiar, por ejemplo, ¿Cuántas veces has tratado de ser indiferente a las pataletas de tu hijo y no te resulta porque entre más lo ignores, más va a querer llamar tu atención?

Todos queremos llamar la atención de otros, pues es símbolo de amor. Desde pequeñas fuimos condicionadas a que el amor de la mamá consiste en que ella nos ponga atención, sobre todo cuando llegaron los hermanos, hemos aprendido a competir por la atención de otros desde pequeños.

Pero la realidad es que no podemos prestarle atención a todo el mundo, a veces debemos ponernos atención a nosotras mismas y la mejor forma de hacerlo es ser indiferente a otros y cerrarnos un poco para enfocarnos en nosotras.

¿La indiferencia es buena o mala?

Tal como hablé anteriormente, la indiferencia es un mecanismo de defensa, por lo general inconsciente. En algunos momentos nos apoyará a seleccionar con qué nos involucramos y con qué no, pero como es una actitud que evita que sintamos emociones fuertes, en algún momento de la vida vamos a tener que quitar esa defensa y explorar esas emociones que reprimimos.

He tenido casos de personas que, por ejemplo, frente a la muerte de un familiar, se tornan indiferentes y expresan nunca haber lloradopor esa muerte, pero años después en algún taller o seminario de crecimiento personal algo se mueve dentro de ellas, y se abre esa puerta que se conecta con la emoción de tristeza y todas las lágrimas no expresadas se liberan.

En lo personal, pienso que hay momentos en que la indiferencia nos apoya, pero debemos ser conscientes de cuáles son esas emociones que no queremos sentir o expresar y apoyarnos a liberarlas en algún otro momento. en resumen, la indiferencia nos apoya, pero debemos ser conscientes que a largo plazo esta nos pasará la cuenta.

Para finalizar esta entrada de Blog, quiero hablar un poco sobre “¿Qué hacer cuando alguien es indiferente conmigo?”

 

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