Las 8 razones por las cuales perdemos nuestro Poder personal

Imagínate caminando por la vida como si estuvieras rodeada de un fuego sagrado a tu alrededor y ese fuego va quemando cada uno de los obstáculos que se te aparecen. Imagínate caminando por la vida con total decisión de lo que estás haciendo, con total certeza de quien eres y de lo que eres capaz. Eso se llama poder personal.

Para desarrollar ese fuego interno, toda mujer primero debe observar qué es lo que no le permite generarlo, en esta entrada de Blog veremos algunas de esas razones.

Nos enfocamos en el pasado

Una mujer con poder personal es una mujer que sabe caminar sin mirar atrás. Que tiene la facilidad de perdonar y olvidar el pasado, porque sabe que cualquier situación pasada no es más grande que su destino.

Cuando sentimos dolor por una situación del pasado o no podemos olvidar algún momento doloroso de nuestra vida, estamos perdiendo nuestro poder personal, es urgente sanar eso y olvidarlo lo más rápido posible para seguir avanzando.

 

No tomamos decisiones

Actuar desde el poder personal es estar en constante movimiento. Cuando no tomo ninguna decisión estoy deteniendo el flujo de la vida y pierdo mi poder.

Muchas de las mujeres que llegan a mis consultas de coaching tienen el mismo síntoma: parálisis de indecisión. Miedo a tomar una decisión porque eso implica dejar atrás otra oportunidad. Para quienes quieran profundizar más sobre este tema pueden leer el blog: Los 4 enemigos de la decisión.

 

No sabemos soltar nuestros apegos

Todo apego es aquello que nos pesa en la espalda y que llevamos arrastrando cuando caminamos, por lo tanto, esto nos hace lentas y pesadas. Una mujer con poder personal está siempre atenta a soltar sus apegos internos y externos.

No hay ningún problema en tener posesiones, el problema es la relación obsesiva que tenemos con los objetos, pues muchas veces ponemos nuestro poder personal en estos y no en nosotras. No es que haya que soltar las cosas, hay que transformar la forma en que interactuamos con nuestros objetos, pues no nos definen nuestros objetos externos, sino nuestra capacidad para atraerlos.

También existen los apegos internos, que son apegos a cierto tipo de actitudes como la posición de víctima, la ganas de culpar a los demás, la comodidad y muchas otras. Normalmente cuando soltamos nuestros apegos internos, nuestro mundo externo se transforma.

 

Perdemos nuestro foco

¿Recuerdas la imagen de esa mujer que camina rodeada de una esfera luminosa de fuego?

Imagina que conquistaste ese poder personal, pero no sabes hacia dónde vas. No sirve de nada conquistar el poder personal sin saber para dónde vas.

Lo que más alimenta el poder personal es nuestro propósito claro y definido. Sin un propósito no

tenemos la capacidad de alimentar ese fuego, pues nos distraemos constantemente y perdemos nuestra fuerza. Entonces somos totalmente manipulables, por la opinión de los demás, la cultura y la sociedad.

Creemos que el dinero está afuera de nosotras

Una mujer que genera su propio dinero es una mujer que tiene libertad, pues el dinero es energía. Y ella entonces puede decidir en qué invertir esa energía. Cuando vemos el dinero como algo externo a nosotras, ese dinero controla nuestras emociones y nuestros estados de ánimo, pero cuando comprendemos que el dinero es el resultando de ejercer nuestro poder personal comprendemos que generar dinero sólo depende de cada una de nosotras y de nadie más, entonces comenzamos a comprender lo que significa ejercer mi poder personal.

 

Sentimos que necesitamos ser protegidas

Muchas veces creemos que no podemos solas y muchas veces es verdad, pues necesitamos aprender a pedir apoyo. Pero pedir apoyo es que alguien te enseñe a forjar tu propio escudo, no significa que te escondas detrás del escudo de alguien. Muchas veces tenemos la fantasía de que alguien nos “salva” de una situación, y es sólo eso: una fantasía, pues no hay nadie más indicado para “salvarte” y defenderte con su propio escudo que tú misma.

No confiamos en nuestro futuro

No podemos avanzar en la vida si no confiamos en el piso que estamos recorriendo. No confiar en nuestro futuro es no confiar en nuestra capacidad de determinar y crear nuestro propio destino. Cuando proyectamos un futuro con desafíos, problemas o todo lo tenebroso que nuestra mente puede imaginarse, perdemos confianza y nos da miedo caminar por la vida. Aprender a proyectar un futuro brillante es definitivo para caminar con verdadero poder personal.

 

No reconocemos nuestras habilidades ni talentos

Para confiar en el futuro debemos confiar en nosotras, sobre todo en nuestras habilidades y talentos. Cada una de nosotras nació con una joya interna, algo que nos caracteriza como únicas, y descubrir eso dentro de nosotras es nuestro mayor tesoro, porque desde ahí podemos hacer cualquier cosa.

Todas sufrimos de alguna de las 8 razones citadas anteriormente. Observa profundamente dentro de ti qué es lo que te está deteniendo para que brilles con luz propia, obsérvate, analízate y toma acción. Nuestro sueño está esperando a que reconozcamos el poder que tenemos dentro y los conquistemos, a que seamos tan brillantes y magnéticas que los atraigamos de la misma manera que las abejas son atraídas a la flores. Deja que tu propio aroma se esparza por el mundo.

Por último les dejo este video para trabajar sobre nuestro MERECIMIENTO ¡Espero que lo disfruten!

 

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